CONDENA ACADÉMICA A BLAQUIER
Retrato literario de un debate
histórico
La
ciencia y la técnica pueden utilizarse
para
domesticar a los pueblos
o
ponerlas a su servicio para liberarlos"
Ernesto
"Che" Guevara
Materiales del Retrato:
Un libro de Ledesma que encubre su
historia. Un historiador de dudosas prácticas científicas. Una resistida
presentación a Consejo de un grupo de estudiantes. Un genocida. Un Juicio. Un
debate público. Un Fiscal. Una ajustada votación. Una resolución histórica de
cinco puntos. Una Facultad pública que aporta pruebas científicas a un juicio
por crímenes contra el pueblo.
Contexto del Retrato:
Jujuy, 2012. Luego de 36 años,
inician los juicos por crímenes de Lesa Humanidad, donde está implicado el
presidente de la Empresa Ledesma, Carlos Pedro Blaquier, latifundista con un
largo historial de sangre goteando de sus riquezas, autor de la Noche del
Apagón y la Masacre de Ledesma, durante una toma de tierras en 2011. Muchos
cadáveres, pocas respuestas.
Puntum de la Imagen:
Consejo Académico de la Facultad de Humanidades
y Ciencias Sociales de la Universidad Nacionla de Jujuy. 17:00 hs. Un
debate público que hará historia.
Trazos Generales de la Obra:
La Sesión Abierta del Consejo
Académico de la Facultad de Humanidades y
Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Jujuy, realizada el martes 11
de Septiembre, pasará a la historia como el martes más amargo para el zar
del azúcar, Carlos Pedro Blaquier y sus apologetas, que se haya vivido en la
historia de nuestra institución.
El debate público en la Facultad se
realizó gracias a la presentación de un grupo de estudiantes, realizada
por la Corriente Estudiantil Popular Antiimperialista (CEPA), la Juventud
del PTS, Proyección Universitaria y la Unión de Juventudes por el Socialismo,
junto a estudiantes no agrupados de la facultad, que repudiaba la presencia
en nuestra institución del Dr. Gustavo Paz y pedía su nombramiento como
"persona no grata", debido a su responsabilidad en la redacción
del libro "Ledesma, una empresa centenaria", documento histórico
donde en sus páginas se afirma que las acusaciones por los crímenes de Lesa
Humanidad cometidos durante la "Noche del Apagón" son
"infundadas y contradictorias".
Durante aproximadamente cuatro horas
de intenso y democrático debate, al cual, a pesar de estar especialmente
invitado para la ocasión, Gustavo Paz no asistió (envió un documento escrito
realizando su descargo), el Consejo Académico aprobó una resolución (con
9 votos a favor y 8 en contra) que expresa "repudiar en todos sus
términos, el contenido del párrafo en cuestión, por considerar que no se
corresponde con los hechos de la realidad, por cuanto existen testimonios
orales y fuentes documentales aportadas, durante 36 años de lucha, por
familiares de detenidos-desaparecidos y organizaciones de Derechos Humanos
que demuestran la complicidad de la empresa Ledesma en el diseño y ejecución de
delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar (...),
hechos a partir de los cuales se ha solicitado la de detención del presidente
de Ledesma, Carlos Pedro Blaquier y fueron detenidos los policías José
Américo Lescano, Pedro Ríos, Virgilio Choffi y Carlos Cachambe".
Así mismo, el documento aprobado por apenas un voto de
diferencia, afirma que la decisión de este Consejo Académico es la de "rechazar
la práctica de falsa legitimación académica que se evidencia en el libro
'Ledesma, una empresa centenaria', por cuanto se hace uso de las
investigaciones científicas contratadas para exhibir, desde un lugar -en
apariencia objetivo-, visiones que no se corresponden con la complejidad de los
hechos que se vivieron en Jujuy, durante el proceso militar; particularmente,
sus derivaciones sociales, políticas y económicas. Una auténtica
mirada crítica, de construcción académica, requiere de enfoques teóricos y
metodológicos multidisciplinarios y transversales, que este libro no evidencia.
Por el contrario, da cuenta de una mirada sesgada y parcial, que atenta contra
la producción de conocimiento con sentido social".
También el dictamen apela a "sugerir
a la comunidad académica de la Universidad Nacional de Jujuy, estar
atentos a este tipo de prácticas, evitando que la producción científica,
reconocida y responsable que se lleva a delante con mucho esfuerzo en nuestra
casa de altos estudios, sea utilizada para fines inapropiados. Como alumnos,
docentes, investigadores y no docentes de una Universidad Pública, reafirmemos
la importancia del compromiso social en todas las prácticas científicas y
expresamos que la defensa de los derechos humanos está por encima de cualquier
interés personal o de la coyuntura".
En su cuarto punto, la
declaración del Consejo Académico reafirma la consigna "MEMORIA, VERDAD Y
JUSTICIA, cuyo significado en nuestro ámbito específico de producción de
conocimiento científico y formación de profesionales implica la crítica y
autocrítica de nuestras prácticas y teorías, cuya ausencia redundaría en el
estancamiento de la ciencia y la elusión del compromiso social."
Al finalizar, se encomienda al
decanato la organización de una Jornada sobre los límites éticos en las
prácticas profesionales en Ciencias Sociales y Humanidades, centradas en el
eje de los derechos humanos, la diversidad y las políticas ambientales",
que esperamos, se realicen en Noviembre próximo y sean organizadas con la
participación de todos los claustros.
Estos cinco puntos,
profundamente valiosos para el enriquecimiento de nuestra facultad y su
compromiso social, fueron productos de una lucha de ideas en el seno de
nuestra casa de estudios, llevada a cabo en el lugar más adecuado para
ello: su Consejo Académico. Debido a su extensión y complejidad, en el presente
escrito sólo se darán cuenta de algunas pinceladas de las principales
argumentaciones. (El debate casi completo fue grabado y transmitido en vivo por
internet por estudiantes de la CEPA)
El debate se inició con la
lectura del descargo realizado por Gustavo Paz, donde, entre otras
palabras, reconoce haber sido "ingenuo" al aceptar trabajar para
Ledesma SAII, constituyendo un error porque luego fue
"malversada" su investigación inicial. Paz afirma haberse
percatado de lo publicado por la empresa, pero asesorándose legalmente para
la ocasión, en la página 243 quedaba claro que no era responsable de la
autoría final, siendo las acusaciones de "sicario
intelectual" realizadas en su contra producto de un "análisis
parcial" de los estudiantes. A nosotros nos resulta parcial el
supuesto análisis de Paz y sus abogados, puesto que en la página siguiente,
la 244 (a la cual, extrañamente, Paz no hace referencia en ningún momento),
se asegura que no se alteraron argumentos ni conclusiones presentes en los
textos originarios (en los que Paz si reconoce haber trabajado). Esta,
entre otras contradicciones antagónicas en el descargo de Paz, fueron las
causas de que los estudiantes reafirmemos la justeza de nuestro pedido de
nombramiento de "persona no grata" a Gustavo Paz.
Seguidamente, la Unidad de
Investigación en Historia Regional leyó en escrito preparado para la ocasión y
también se expresó oralmente ante el Consejo, dejando en claro la
importancia académica del panel (finalmente suspendido por la propia unidad de
historia) en el cual estaba invitado a participar Paz, remarcando que dicha
actividad había sido programada con el aval de todos los Consejeros Académicos
(donde está incluido el voto de la CEPA).Obviamente, como la democracia
en la discusión de ideas y la promoción de la diversidad en el debate político
y teórico es uno de los pilares de nuestra práctica, dimos nuestro sincero
aval a la actividad programada por la Unidad de Historia con motivo del
Bicentenario de Éxodo Jujeño (en dicha mesa estaría como invitado Gustavo Paz).
Posteriormente, y al percatarnos de su participación en libro de Ledesma, dimos
cuenta de nuestro error y actuamos en consecuencia a la brevedad. (Contrariamente
a la actitud de Paz al saberse "tergiversado" por la empresa desde el
año 2008 y rompiendo involuntariamente el silencio recién 11 de septiembre del
2012)..
Inmediatamente hicimos público
nuestro repudio, y actuamos de acuerdo a ello,
enmendando así nuestro involuntario y desconocido error, representando las
acciones realizadas hasta la fecha en el Consejo, junto a esta nota, una
autocrítica pública de carácter práctico. Efectivamente, como se dijo en
forma clara durante el debate del Consejo, todos podemos cometer errores, y
es por ello que la crítica y la autocrítica son prácticas esenciales para el
desarrollo del conocimiento humano y de su historia. A contramano de
algunos discursos que, con la finalidad de encubrir el tema central de
discusión o producto de una simpleza en el análisis de la realidad, iguala
prácticas y procesos históricos antagónicos, nosotros consideramos que no
todo es lo mismo, puesto que resulta muy distinto equivocarse
involuntariamente y reconocerlo públicamente actuando en consecuencia, a
cometer un error, cobrar por dicha actividad, percatarse del error y guardar
silencio. Ese tipo de prácticas científicas son las que repudiamos y
repudiaremos.
Las voces en las cuales se
materializaron las ideas esenciales del debate público, estuvieron en los
discursos realizados por la profesora Gabriela Karasic y Federico Kindgard."No
todos trabajamos para empresas, yo no trabajé ni trabajaría para Ledesma,
porque todos conocemos la historia de esa empresa", aseguró Karasic, poniendo
eje en lo innombrable, en El Familiar de este cuadro: la empresa Ledesma. Por
el otro lado, discursos en defensa de Paz, que poco hablaban de la empresa
genocida (Kindgard hizo la referencia necesaria, pero en el resto de las
intervenciones contrarias a las propuesta estudiantil, las referencias fueron
escazas o directamente ausentes): "yo apoyo lo que se dice sobre la
empresa Ledesma, pero lo conozco a Paz, el no escribió eso, es desmedido el
ataque que ser realiza contra él, cualquiera que conoce mínimamente como se
realiza la producción científica, sabe que no es un producto individual, está
claro que no es él el autor". Nosotros dejemos en claro ante el
Consejo y los presentes, que nadie que conozca mínimamente el proceso de
producción científica puede considerar que se trata de un campo autónomo,
aislado de los intereses políticos en los cuales se encuentra inmerso, y
que condicionaban el carácter de la charla histórica en la que participaría
Paz: La Secretaria de Cultura y Turismo de la Provincia, a cargo de Jorge
Noceti, era uno de los sellos que figuraban entre los organizadores.
Si recordamos que Noceti es parte del bufet de abogados encargados de la
defensa de Ledesma SAII, no suena ser "tan inocente" la presencia de
Gustavo Paz en ese panel, sabiéndose su participación en el libro que utiliza
Ledesma para limpiar su prontuario.
En otro tramo de la discusión, el
profesor José María Galli aportó al debate: "yo no acuerdo con hablar de
un compromiso social en abstracto, sino remarcar el compromiso social que
tenemos con los millones de trabajadores que producen las riquezas de este
país, quienes mantienen esta facultad, pagaron nuestra formación y pagan
nuestros salarios, a pesar que la inmensa mayoría de ellos no pude acceder a
estas aulas. Con ellos es nuestro compromiso".
La consejera Eduarda Mirandez opinó que "no
podemos vivir sin empresas, puesto que su crecimiento es necesario para el
desarrollo de la sociedad, crecen las empresas y crece la riqueza del
pueblo", agregando que a ella le preocupa que "se tuvo que suspender
una actividad académica, realizada con mucho esfuerzo, que hizo que la
universidad quede mal parada ante la sociedad".
Los que creemos que el fundamento de
las Ciencias Sociales es la lucha de clases, no podemos dejar de observar que efectivamente
crece la riqueza de las empresas, pero a costa de la explotación, la miseria y
el hambre de los trabajadores. Si la universidad quedó mal parada, es porque
con acciones concretas, como este debate, está comenzando a levantarse, porque
suele estar agachada ante los intereses económicos de empresas como Ledesma
SAII. No podríamos hallar una práctica más saludable para nuestra sociedad
que lo acontecido en Consejo Académico el martes 11.
Recostada sobre el rincón de los discursos invizibilizadores
del Genocida Blaquier, Mercedes de Fumagalli, vicerrectora de la
Universidad, presentó un escrito ante el Consejo Académico que leyó en público
(en el que ni siquiera nombra a Blaquier o Ledesma), como un débil intento de
forzar contradicciones en nuestras anteriores publicaciones, esgrimiendo como
su arma argumentativa principal, un concepto relativista de la verdad:”es
la mía, y no la verdad universal e iluminada". Acordamos en que no existe
una verdad "iluminada", como afirma Mercedes, pero... ¿estamos
seguros cuando afirmamos que no existen verdades universales? ¿Esa misma
afirmación no constituye acaso un juicio universal? Por ejemplo, como nos
enseñó en las aulas de nuestra facultad la profesora Liliana Bergessio,
"si yo te veo, no necesito más pruebas que el sólo encuentro para saber
que alguna vez fuiste bebé". Ese principio, se aplica a todos, y no
necesitamos fotos de cada ser humano que conocemos para asegurar que fueron
niños, lo sabemos porque constituyen evidencias universales demostradas por la
práctica social. Así mismo, un crimen de Lesa Humanidad, es un crimen
cometido contra toda la humanidad en cualquier parte del mundo, por lo tanto,
las denuncias, escraches, juicios y condenas a dictadores y genocidas
constituyen también verdades universales.
Desde nuestra perspectiva,
la verdad no es relativa ni absoluta, es dialéctica, y posee elementos en
ambos polos de dicha contradicción. A través de la práctica social uno pude
comprobar que aspectos se corresponden con la realidad y cuáles no, y es este continuo
ajuste el motor del desarrollo del conocimiento humano general y de la ciencia
en particular. Las verdades cuyos aspectos son mayormente acertados,
constituyen verdades universales comprobadas en la práctica, como el hecho de
saber que todos fuimos bebés.
El discurso de Fumagalli resulta
ser, en la práctica, antagónicamente contradictorio: en su nota ante el Consejo afirma temer que se pierda el
carácter de discusión democrática de nuestra facultad, utilizando dicho
argumento como parte de su práctica reprobatoria hacia la acción de los
estudiantes que desencadenó el debate más democrático, profundo e
históricamente relevante de nuestra facultad.
Nosotros creemos que las
libertades políticas e ideológicas, y sus diferencias y debates que enriquecen a
la sociedad, poseen un límite concreto: la sangre derramada del pueblo que
sostiene nuestra Universidad y a quienes debemos nuestra formación y práctica
profesional. Es por ello que los discursos de los genocidas, sus encubridores y
apologetas merecen la más severa condena social posible. Repetimos: no todo
es lo mismo.
Este tipo de argumentos, entre
otros, acusatorios, persecutorios y condenatorios de nuestra práctica
estudiantil, constituyeron argumentos que derivaban la discusión por senderos
que se alejaban del tema en cuestión, y hacia el cuál prácticamente no hicieron
referencia alguna: las responsabilidades de Ledesma en crímenes de Lesa
Humanidad y la consecuente crítica a lo expresado en el libro. La sensación
que deja la acción de muchos de los presentes en el Consejo, evidencia mayor
preocupación por la posible mancha en la reputación del doctor Paz ocasionada
por nuestra pedido, que por el efectivo lavado de las manchas de sangre de la
historia de Ledesma que se efectúa a través del libro en cuya redacción
participó Paz.
El debate
y las acusaciones cruzadas, contra
consejeros que argumentaron en contra de la práctica de Paz o el decano
Slavutsky, también posibilitó que otros temas saltaran sobre la mesa: la
discusión sobre la construcción del gasoducto, asesorías al gobierno, convenios
con Ledesma y fondos de la minería que recibe nuestra universidad, entre otros.
Proponemos hacer una lista con todos ellos, y discutirlos en profundidad y
democráticamente, de forma pública, como lo hicimos en la jornada del 11 de
septiembre. Esperamos que las próximas jornadas sean el marco que permita
realizar esa tarea necesaria y urgente que constituye una deuda de nuestra
Universidad con el pueblo jujeño.
El Trazo Principal:
El color de la jornada cambió
de matiz cuando hizo uso de la palabra el fiscal de la causa en la que está
implicado Blaquier. Pablo Pelazzo afirmó: "para nosotros es muy
importante este debate, porque el libro del centenario es parte de las pruebas
que presentó la defensa de la Empresa para probar su inocencia". Este
anuncio, que nos sorprendió a todos, permite visibilizar la profundidad de
las consecuencias políticas y judiciales que acarrea la responsabilidad y el
compromiso social de lo que investigamos y producimos en la Universidad, y de
lo determinante que puede resultar una "revoltosa y violenta" acción
de los estudiantes, que transitamos con paciencia, estudio y dignidad el
tumultuoso puente que conduce de la condena a la acción, pasando de ser
considerados "terroristas" a transformarnos en protagonistas de la
historia.
Retoques Finales:
Pasando las 20:00 hs, en el Consejo
Académico se votaron tres propuestas. La primera de ellas, versaba sobre
la declaración de persona no grata a Gustavo Paz. No se aprobó, puesto
que obtuvo sólo dos votos favorables: CEPA y el profesor Galli.
La segunda votación se dirimía entre
dos opciones: aprobar en ese momento los cinco puntos, entre los que se repudia el contenido del libro y se
responsabiliza a Blaquier por crímenes de Lesa Humanidad; o la propuesta de
la consejera Clarisa Hernández, de discutir esos puntos la semana próxima en
comisiones (cerradas al público) y votarlas en Sesión dentro de aproximadamente
15 días. Como la primera moción obtuvo 9 votos favorables, los 8 votos
"no positivos" (a favor de continuar la discusión en comisiones) no
pudieron evitar la alegría de muchos de los presentes: la facultad de
humanidades acabada de aprobar una resolución con mucho olor a pueblo.
La tercera y última
votación, se realizó a favor de dar pase de lo resuelto y del descargo de
Gustavo Paz a la fiscalía de la causa, para ser utilizadas como pruebas en el
juicio en el que está implicado Carlos Pedro Blaquier, y de ser necesario, que
el propio Paz sea llamado a testificar en contra de la validez científica de
ese libro. Los nueve votos de la primera ronda fueron acompañados por una lenta
procesión de manos alzadas casi sin voluntad, ante la mirada de los
presentes, luego de que la consejera Académica Graciela Wayar dijera "y
sí, votemos, ya son documentos públicos".
Desde una perspectiva dialéctica, (diametralmente
opuesta a la concepción maquiavélica y simplista de “el fin justifica los
medios”), que tiene en cuenta el contexto histórico y las características de la
estructura social de la provincia, la justeza de nuestra acción se comprueba
con los resultados obtenidos, gracias a que, a la hora de tomar decisiones,
no dejamos que el sentido común nos impida hacer lo correcto (sentido común que
al decir de Gramsci, es la moral de las clases dominantes cristalizada en la
sociedad) .
Resulta lamentable el silencio de la
mayoría de los Consejeros Académicos Estudiantiles, y aún más preocupante la
acción de Innovación Universitaria, legitimando con su voto "no
positivo" prácticas científicas y políticas que se desarrollan a
contramano del respeto de los Derechos Humanos y la formación de profesionales
al servicio de nuestro pueblo.
Lo sucedido el Martes 11 de
Septiembre en el Consejo Académico de Humanidades, constituye una experiencia
que nos enseña que la historia no se escribe solamente editando libros, sino
que la teoría científica debe ser una guía para nuestras acciones que nos
permita transformar la realidad en pos de la construcción de un orden social
más justo e igualitario.
En oportunidades anteriores, nos
preguntábamos si era posible escribir otra historia de Ledesma, que favoreciera
al pueblo jujeño y no maquillara las responsabilidades económicas, políticas y
judiciales de la empresa. Hoy podemos afirmar, con absoluta certeza, que la
respuesta es afirmativa: trabajadores, investigadores y estudiantes de nuestra
facultad, a través de la discusión democrática, honesta y crítica, siendo
autores-actores de esta obra colectiva, marcamos un camino, que esperamos poder
profundizar, para que toda nuestra acción se convierta en un grito de guerra
contra el latifundio, la explotación y el imperialismo.
¡POR LA UNIVERSIDAD DEL PUEBLO
LIBERADO!
Firma:
Juan Pablo Alba
Consejero Académico Estudiantil
Corriente Estudiantil Popular
Antiimperialista (CEPA)
Aclaración: Este escrito se redactó apelando a la memoria como fuente
principal. Por favor, cualquier aclaración, dudas, comentarios y críticas
sinceras, infórmense a la brevedad para realizar la correspondiente corrección
y/o rectificación.
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