viernes, 31 de agosto de 2012

EL PODER Y LOS INTELECTUALES II: LAS REDES DEL DISCURSO


APUNTES MÍNIMOS PARA UNA RESPUESTA NECESARIA
"Ninguna riqueza es inocente"
 Eduardo Galeano

Todos conocemos el monstruo de extraer riquezas y repartir miserias que representa la Empresa Ledesma SAII para nuestro territorio. Actualmente, ningún científico social honesto ignora que es una empresa contaminante, terrateniente, explotadora y genocida. Pero no podemos caer en el error de creerla estúpida: no podemos subestimar la capacidad de crear hegemonía de una empresa que logró, por más de 36 años, imponer sobre nuestro pueblo un manto de impunidad a sus crímenes de Lesa Humanidad, y continúa siendo hasta el día de hoy el actor más poderoso del bloque de clases dominantes que hegemonizan el gobierno de la Provincia de Jujuy. Quién lo haga, peca de ilusión de inocencia. 
Ledesma posee grandes intelectuales a su servicio, un ejército de tecnócratas diestros en el arte de la explotación. Algunos de ellos son de  carácter orgánico, otros, ocasionales. Éste es uno de los núcleos fuertes de su poder, el cual se puso en cuestionamiento con la presentación realizada ante el Consejo Académico de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales.  
Si Carlos Pedro Blaquier busca como objetivo limpiar su nombre de las manchas de sangre ajena trabajadora que supura a cada paso, obviamente, Ledesma iba a enredarlo todo: con la confusión discursiva intenta tejer el ovillo de su poder. Sin embargo, pueden deshilacharse las redes de su discurso. No es difícil. El libro está en internet; la dirección es www.ledesmacentenario.com.ar Ahí lo podrán ver.
 La estrategia editorial fue la siguiente: publicar un libro con la historia de Ledesma, científicamente avalado por historiadores de reconocida e “incuestionable” trayectoria, donde se deje en claro que son infundadas las acusaciones de la Noche del Apagón y la responsabilidad de la empresa en crímenes de Lesa Humanidad. Para ello, contrató algunos mercenarios del discurso y se dio una táctica de división del trabajo intelectual casi perfecta: unos investigan y realizan una redacción inicial, otros realizan la redacción final, estos últimos eximen de las responsabilidades a los primeros, pero al mismo tiempo, afirman no alterar nada significativo de la producción de las investigaciones iníciales, citando fuentes reconocidas por el campo científico y avaladas por el ámbito académico: toda una adaptación de las ideas de Adam Smith aplicadas a la industria cultural, sumadas a una causalidad circular de responsabilidades que confunde. Queremos creer que eso sucedió con quienes nos acusan de "marcartistas" y "fascistas" por repudiar a mercenarios como Gustavo Paz.
 Por confusión o forzando las interpretaciones, puede presumirse que Gustavo Paz "no es autor del libro ni de ninguno de los capítulos", como lo afirma el Prof. Federico Kindgard en un mail de su autoría con fecha 30 de Agosto de 2012. La táctica editorial de Ledesma puede comprenderse, realizando una respuesta a los argumentos en defensa de Gustavo Paz allí presentados por Federico. (Se recomienda la lectura de dicho mail, y puede encontrarse una copia del mismo al final de este escrito)
 Al iniciar su mail, Kindgard se refiere a la existencia de una "moción 'estudiantil'", donde entrecomilla la palabra "estudiantil" ¿Qué está queriendo significar con eso? ¿Qué no somos los estudiantes capaces de presentar por nuestros propios medios argumentos ante Consejo Académico? ¿Qué sólo somos títeres de algún maléfico sector docente? Su expresión, lejos de ofender, decepciona: los estudiantes esperamos algo más que subestimación de parte de nuestros docentes, puesto que somos un producto de su propia capacidad profesional. No hay sólo un grupo de docentes detrás de nuestros argumentos, sino toda una institución educativa pública: el conocimiento, las ideas, pertenecen a toda la humanidad, puesto que la práctica histórica y constante es su origen.  Nuestros argumentos son un producto social de nuestro pueblo, un pueblo que es el principal sostén económico de nuestra posibilidad de aprender. A ellos nos debemos, y esa es la causa de nuestra obstinación en poner todo lo que sabemos a su servicio.
Siguiendo con el mail, Federico pide que, quienes vayan a votar en Consejo, "lo hagan sobre fundamentos más sólidos que la 'confianza' en la información que brindan los promotores de la medida". Lamentamos no poder satisfacer las expectativas de todos, pero tratamos de ser lo más sólidos posibles en nuestras argumentaciones, las cuales seguimos sosteniendo, puesto que la crítica franca, directa y democrática constituyen nuestro orgullo como estudiantes. Es por ellos que nunca pedimos confianza en nuestros argumentos, sino objetividad y honestidad en el análisis crítico de nuestro pedido.
 Más adelante se afirma que "El libro fue escrito en su totalidad por Matteo Goretti" y que "el libro no tiene ni coautoría ni los capítulos de los libros tienen redactores independientes". Estas expresiones constituyen una falacia, puesto que el libro de Ledesma, como el propio libro lo afirma, es el producto final de un escrito colectivo:  Matteo Goratti, en representación de la Fundación Ceppa (que nada tiene que ver con nuestra CEPA)  se encargó de la coordinación de la obra y la redacción final, la redacción inicial estuvo a cargo de Fernando Rocchi y Gustavo Paz (capítulo 1), José Martini (presentación y capítulo 2 y 3) y Matteo Goretti (presentación, capítulo 3 y epílogo), con la contribución de Fernando Santillán. En la recopilación de material para la obra y la investigación sobre la que se basa intervinieron muchas personas. Fernando Rochi y Gustavo Paz dirigieron a un grupo de graduados que trabajó durante meses en archivos públicos y de la firma (textual). 
 Más adelante, en la página 244 del libro de Ledesma, se afirma que "sobre la base de los documentos iníciales, considerablemente más extensos que lo publicado, Matteo Goretti escribió la versión final que se incorporó al libro con el propósito de unificar criterios y estilos-, sin alterar los argumentos y las conclusiones presentes en los textos originarios. Fernando Rocchi y José Martini hicieron la lectura y correcciones finales. La corrección estuvo a cargo de Mónica Urrestarazu"
   Federico omite hacer referencia a estos párrafos, y los resume afirmando que Gustavo Paz sólo realizó "un informe que sirvió de insumo para la redacción del capítulo 1". Kindgard fuerza las interpretaciones para poder afirmar que nuestro pedido se basa en "una atribución falsa de autoría". ¿Cómo puede afirmar eso si los créditos del mismo libro lo desmienten? ¿Cuál es su fundamento? ¿La "confianza en abstracto" en la honestidad de Gustavo Paz? ¿Con qué intenciones realiza esto? ¿Busca tendencializar la opinión de los demás Consejeros Académicos o no leyó por completo los créditos? ¿Por qué lo hace? 
 Ledesma, cauta a la hora de editar, agrega al inicio del libro (como bien lo indica Kindgard en su mail) un texto de "agradecimientos" que, para evitar interpretaciones falseadas, a continuación copiamos en su totalidad: "El editor y los integrantes del equipo de trabajo agradecen a todos quienes colaboraron en la recopilación de información. Que no se los mencione individualmente se debe a su gran número y al temor de las inevitables omisiones, pero ello no disminuye su importancia; sin su ayuda, no hubiese sido posible publicar este libro. Como es obvio, la responsabilidad de cualquier error no les corresponde" 
Síntesis: en los agradecimientos se afirma que "la responsabilidad de cualquier error no les corresponde" (a los investigadores iniciales) y al final del libro, en los créditos, se afirma que la redacción final se hizo "sin alterar los argumentos y las conclusiones presentes en los textos originarios".  Esta contradicción representa la esencia de la táctica editorial de Ledesma: nadie es responsable de lo allí expresado, o lo son todos. Nosotros nos inclinamos por esta segunda opción, puesto que es imposible que nadie sea responsable de lo expresado en una producción "científica".
 Ante esta lectura, queda clara la responsabilidad de Paz en el material editado por Ledesma, así nombremos a dicha participación como autoría, redacción inicial, colaboración, o como queramos llamarla: el problema es tan sólo semántico. Lo concreto, y grave, es lo objetivo: Paz, entre otros, vendió su pluma al servicio de los intereses de una de las empresas genocidas más grandes del país, falseando la realidad con las afirmaciones del producto final, las cuales avala con su nombre, el de la UBA y el del CONICET. La misma responsabilidad les cabe a los demás investigadores involucrados.
 Kindgard, además, hace en sintético recorrido por la trayectoria intelectual de Gustavo Paz, concluyendo que "lo mostraron en un compromiso y un interés por los sectores populares y sus luchas contra el latifundio". Los trabajos citados sólo profundizan las responsabilidades de Paz: no puede aducir ignorancia, es decir, sabía lo que representa la Empresa Ledesma antes de ponerse a su servicio, conociendo perfectamente la estructura del latifundio y su historia en nuestra provincia. Un investigador de esa trayectoria resulta ser el aval académico ideal para limpiar la imagen de la Empresa.
Para no ser nosotros mismos víctimas de las redes del discurso propuesta por Ledesma, ¿por qué no explica públicamente la situación el propio Gustavo Paz? ¿Por qué no advirtió, hasta el momento de nuestra presentación, el "error" en la edición del libro? ¿Gustavo Paz nunca leyó, desde el 2007 hasta la fecha, lo que había publicado una empresa como Ledesma utilizando su nombre? Esperamos sinceramente sus respuestas, reiterando nuestra invitación a participar el próximo 11 de septiembre de la Sesión Abierta del Consejo Académico de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales.
Hasta el día de la fecha, la única declaración pública de Paz la conocemos gracias al mail de Kindgard, que afirma que "en comunicación con la gente de la unidad de historia regional, Gustavo Paz aclaró verbalmente que efectivamente no tiene nada que ver con ese párrafo, y que la redacción final del capítulo no les fue consultada ni tuvieron participación alguna en ella." Nuestro análisis demuestra lo contrario. En el hipotético caso de que la empresa tergiversó a Paz ¿porqué nunca lo denunció o aclaró públicamente?. Continúa el mail: "aclaró también que aceptó el trabajo sólo después de consultarlo con varios historiadores de Jujuy y del NOA y que la idea fue poder acceder a los archivos de la empresa que de otro modo están siempre vedados, es decir que tampoco la decisión fue individual y oportunista, sino consultada y en cierto modo acordada con terceros, que tampoco abrigan ningún deseo de encubrir la responsabilidad de la empres en la noche del apagón."
Tal vez en esa consulta previa, y el hecho de que el Libro de Ledesma cita entre sus fuentes varios textos de autores pertenecientes a dicha Unidad, radique el motivo de la colérica reacción ante nuestra presentación. Además de, obviamente, desconocer esa consulta previa, creemos que el solo hecho de figurar entre las fuentes citadas no conlleva responsabilidad alguna, muy por el contrario de las mentiras históricas de las que termina siendo cómplice Gustavo Paz. Por ello reiteramos que nuestra presentación nunca constituyó un ataque a la Unidad de Investigación en su conjunto, a quienes nunca adjudicamos ningún tipo de intención de encubrir la responsabilidad de Ledesma en la Noche del Apagón, sino que nuestro planteo es solamente ante las actuaciones de Paz y su presencia en nuestra facultad.
 En referencia a la "amenaza de escrache", la nota ante consejo no refiere en ninguna de sus líneas a la realización de escraches, por lo que dicha acusación se basa en supuestos infundados. Sin embargo, Kindgard afirma que los escraches son pertinentes cuando el implicado "cuenta con impunidad por la protección judicial o estatal o ambas". Le recordamos que entre los organizadores principales de la actividad en la que se debía presentar Gustavo paz, se encontraba el Gobierno de la Provincia de Jujuy y la Secretaría de Turismo y Cultura de la Provincia de Jujuy.   Esta última, según consta en su sitio web oficial, hasta el día de la fecha cuenta con la presencia del Dr. Jorge Noceti como su titular. Según el diario Página 12 del día 2 de Agosto del 2011, el Dr. Noceti es "socio del estudio que patrocina a Ledesma". Si analizamos eso en relación al contexto de citaciones a indagatorias de Carlos Pedro Blaquier, y su avanzada ideológica, evidentemente propagandística, realizada a raíz de ello y de su responsabilidad en cuatro muertes durante un desalojo de tierras recuperadas por los compañeros de la CCC el año pasado, evidencian que no es casual la pretendida presencia de Gustavo Paz en las instalaciones de nuestra Facultad. El Gobierno de la Provincia, el Dr. Noceti,  y Gustavo Paz representan las patas política, legal y teórica de la impunidad que busca perpetuar Ledesma SAII y Carlos Pedro Blaquier.
 La expresión en la que Kindgard afirma que "suena aun más injusto que se lo haga cargo sin darle el menor derecho a aclarar las cosas de defender los intereses de Ledesma" es absolutamente innecesaria: antes de la fecha de publicación de su mail, ya era de público conocimiento que Gustavo Paz está invitado a realizar su descargo, el próximo 11 de Agosto, según lo resuelto por la Comisión del Consejo Académico de la FHyCS. 
Finalmente, Federico cierra su mail criticando a un "conjunto de estudiantes y docentes que participan en el gobierno de la Facultad". No sabemos de quienes habla. Por nuestra parte, aclaramos una vez más que la CEPA posee tan sólo un Consejero Académico, que es política y económicamente independiente tanto del decanato como del rectorado, representando una tercera posición que lucha por construir una universidad autónoma, científica, democrática y al servicio del pueblo, la Universidad del Pueblo Liberado, defendiendo siempre la educación pública y gratuita, enfrentando en las aulas, los pasillos y las calles la opresión imperialista y la propiedad latifundista de la tierra, los dos principales soportes de la dependencia y el atraso en el desarrollo de nuestra patria. Es por ello que, para nosotros, es central la discusión de qué tipo de profesionales forma nuestra facultad y al servicio de qué intereses. Federico Kindgard asegura que nuestra acción “se parece mucho más a una práctica fascista, macartista, y no a una acción de resistencia”. Según Kindgard, el signo de un escrache se invierte cuando se aplica contra alguien que no “cuenta con impunidad por la protección judicial o estatal o ambas". Si el accionar mercenario de Paz se lleva a cabo bajo el amparo del Estado Provincial y el Dr. Noceti, letrado vinculado a la empresa Ledesma, para aquellos que, como la CEPA, desde una posición independiente, lo denunciamos a pesar de los ataques recibidos ¿se invierte también el signo de la expresión que nos cataloga de “fascistas y macartistas”?
 Ledesma es un monstruo poderoso, acostumbrado a dar golpes bajos. Pagar mercenarios y utilizar a nuestros investigadores no es una maniobra que debiera extrañarnos, porque es parte de su genialidad maligna. El resultado: nos peleamos entre nosotros, mientras la empresa genocida lava su azúcar amarga en las aguas de nuestras diferencias. No confundamos a nuestro enemigo, ni lo subestimemos: Carlos Pedro Blaquier, junto a otros criminales de su misma calaña, comanda el timón de la empresa Ledesma SAII y es quien dirige los destinos de nuestra provincia hacia los rincones más profundos de la opresión. Gustavo Paz es sólo uno de los sicarios intelectuales a su servicio.
¿Es posible escribir otra historia de Ledesma, donde no se maquillen la explotación, la sangre ni la tortura, cumpliendo el debido homenaje que se merecen nuestras víctimas? ¿Es posible escribir una historia que desnude la dependencia y el latifundio que actualmente hunden en la miseria a nuestro pueblo?
 Nosotros creemos que si, y con ese objetivo reafirmamos la justeza de nuestra lucha, retomando las banderas de nuestros próceres revolucionarios, como San Martín, Belgrano, Moreno y Castelli, con el fin de terminar con las tareas de nuestra independencia que quedaron inconclusas. No queremos quedar atados a las redes del discurso dominante. Por eso trabajamos para que toda nuestra acción sea un grito de guerra contra el latifundio y el imperialismo.


 Juan Pablo Alba
Consejero Académico Estudiantil
Corriente Estudiantil Popular Antiimperialista (CEPA)



MAIL DE FEDERICO KINDGARD (SE RECOMIENDA SU LECTURA):
Compañeros, les escribo porque me enteré con sorpresa que algunos consejeros de nuestra lista estaban dispuestos a votar en favor de la moción "estudiantil" de declarar persona no grata al Dr. Gustavo Paz. Tal declaración implica una sanción muy grave, así que espero que quienes piensen apoyarla lo hagan sobre fundamentos más sólidos que la "confianza" en la información que brindan los promotores de la medida. No es difícil. El libro está en internet; la dirección es www.ledesmacentenario.com.ar Ahí podrán ver:
1) Gustavo Paz no es autor del libro ni de ninguno de los capítulos. El libro fue escrito en su totalidad por Matteo Goretti.
2) En la página inicial se puede leer que se agradece a quienes colaboraron y se les quita responsabilidad por el contenido del libro, cuya redacción es íntegramente realizada por Goretti
3) En el último capítulo se agradece a Gustavo Paz y Fernando Rocchi, quienes fueron contratados para realizar un trabajo de archivo en los archivos de la empresa, tarea que realizaron dirigiendo a un equipo de alumnos, y el resultado de este trabajo de archivo fue preparado como un informe que sirvió de insumo para la redacción del capítulo 1. Sin embargo está claro que la redacción final del capítulo estuvo enteramente a cargo de Goretti, que figura como único autor del libro, el libro no tiene ni coautoría ni los capítulos de los libros tienen redactores independientes.
Resumiendo, se acusa a Gustavo Paz de ser autor de un escrito del que no es autor, y en base a eso se pretende declararlo persona no grata.
Hasta aquí puse lo que se puede inferir exclusivamente de la lectura del libro en cuestión. Ahora quiero agregar otras consideraciones que aunque no se pueden inferir directamente de la lectura del libro creo que deben tenerse en cuenta.
Gustavo Paz es un historiador especializado sobretodo en temas del siglo XIX, supongo que su participación en el trabajo de archivo se refirió a la primera parte de la historia del ingenio. Como especialista en el siglo XIX, su principal tema de investigación es el de la constitución de la propiedad de la tierra en nuestra provincia y las luchas y procesos de resistencia de las poblaciones campesinas contra el latifundio. De las luchas de los campesinos indígenas puneños en Quera y Abra de la Cruz, de la desarticulación de las comunidades indígenas y las tierras que les pertenecían por parte del estado provincial y el surgimiento del sistema latifundista ulterior en base al desconocimiento de los derechos de las comunidades indígenas, de las luchas de la independencia en el NOA entendidas en términos sociales y no solamente de series de acontecimientos. Todo eso, si bien son temas alejados de la actualidad, lo mostraron en un compromiso y un interés por los sectores populares y sus luchas contra el latifundio, con lo cual suena aun más injusto que se lo haga cargo sin darle el menor derecho a aclarar las cosas de defender los intereses de Ledesma, el principal latifundio de la provincia. Valga decir que, aunque referidos a una historia relativamente remota, sus artículos sobre la historia de la propiedad de la tierra -junto a los artículos de otros historiadores, como los de Gaby Sica o Sandra Sanchez, y otros- son un valioso aporte a la hora de argumentar en favor de los derechos reclamados actualmente por las comunidades de la puna y la quebrada.
Finalmente, en comunicación con la gente de la unidad de historia regional, Gustavo Paz aclaró verbalmente que efectivamente no tiene nada que ver con ese párrafo, y que la redacción final del capítulo no les fue consultada ni tuvieron participación alguna en ella. Aclaró también que aceptó el trabajo sólo después de consultarlo con varios historiadores de Jujuy y del NOA y que la idea fue poder acceder a los archivos de la empresa que de otro modo están siempre vedados, es decir que tampoco la decisión fue individual y oportunista, sino consultada y en cierto modo acordada con terceros, que tampoco abrigan ningún deseo de encubrir la responsabilidad de la empres en la noche del apagón.
Por todo ello, creo que el voto tiene que ser de rechazo a la pretensión de declararlo persona no grata, y en todo caso el de tender los puentes para que el acusado (más bien calumniado) tenga la oportunidad de aclarar su participación en el libro.
Párrafo aparte me merece la movida que se armó. Se le llamó “sicario intelectual de Ledesma” y aparentemente se preparaba un escrache. Desde ya me parece que el escrache cambia totalmente de signo cuando su destinatario es una persona firmemente sospechada de haber participado en delitos gravísimos, y que cuenta con impunidad por la protección judicial o estatal o ambas y cuando su destinatario es una persona cualquiera sin ningún tipo de protección. En el primer caso, y llevado a cabo por las personas que buscaron inútilmente justicia durante años en nuestro país, el escrache se convirtió en símbolo de resistencia. En el segundo caso, dirigido contra una persona indefensa, no acusada de ningún delito, y sin protección de ningún tipo, y llevado adelante por un conjunto de estudiantes y docentes que participan en el gobierno de la Facultad, se parece mucho más a una práctica fascista, macartista, y no a una acción de resistencia. ¡Todo esto en base a una atribución falsa de autoría! Saludos a todos. Federico.

lunes, 27 de agosto de 2012

EL PODER Y LOS INTELECTUALES

CIENTÍFICOS... ¿PARA QUÉ?
Crónica de un debate público en Humanidades

"La experiencia histórica es demostrativa 
de que la contundencia de los hechos 
finalmente se impone a los discursos"
Rosa Nassif

Estudiantes de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de Jujuy, pertenecientes a la Corriente Estudiantil Popular Antiimperialista, (CEPA), Juventud del PTS, UJS y Proyección Universitaria, junto a otros estudiantes independientes, presentamos ante Consejo Académico una nota pidiendo la declaración de persona no grata en nuestra institución al Dr. del CONICET y docente de la UBA y la UNTREF, Gustavo Paz, quien se disponía a participar de un panel debate a 200 años del Éxodo Jujeño, organizado por el Gobierno de la Provincia de Jujuy, la Secretaría de Turismo y Cultura de la Provincia y el CONICET. El repudio a Gustavo Paz se fundamenta en su participación como historiador en el libro editado por la empresa LEDESMA SAII con motivo de su centenario, donde, estando a cargo de un equipo de investigadores y de la redacción inicial del primer capítulo, afirma que las acusaciones sobre la responsabilidad de la empresa en Crímenes de Lesa Humanidad, durante la última dictadura militar, son "infundadas". (el libro es de acceso público, y puede leerse en versión digital en: /www.ledesmacentenario.com.ar). Como consecuencia de la presentación, el panel fue finalmente suspendido por decisión de los organizadores y se inicio un debate institucional que se prolongará, al menos, hasta el 11 de septiembre próximo.
 En medio de la discusión en Comisión del Consejo Académico, los argumentos presentados nos invitaron a pasear durante unos momentos en el mundo del revés: los denunciantes resultamos ser los acusados y los responsables se convirtieron en víctimas.
"Por culpa de unos revoltosos y violentos tuvimos que suspender una actividad planificada durante meses", fue una de las expresiones con las que la profesora Viviana Conti inició las argumentaciones, denunciado haber sido advertida por el Decano de la Facultad: "suspendan la actividad, porque la CEPA está organizando un escrache a Paz y queremos evitar la violencia. A nosotros se nos advirtió institucionalmente que podían haber hechos de violencia". El Decano, Ricardo Slavutsky, nos comentó: "Yo no les dije eso, les recomendé que realicen la actividad pero que no viniera Paz, porque los estudiantes iban a cuestionar su presencia". Las versiones contradictorias son el emergente de una compleja discusión, iniciada por el movimiento estudiantil a partir de un cuestionamiento concreto: ¿cuál es nuestro rol como intelectuales, como científicos, como docentes? Nos formamos como profesionales, pero... ¿para qué? ¿Qué tipo de profesionales queremos ser? ¿Al servicio de qué intereses pondremos nuestro conocimiento? Los estudiantes tenemos la obligación de cuestionar y cuestionarnos, de producir conocimientos, y no ser meros espectadores dentro de una red simbólica de poder sedimentada en títulos, publicaciones, currículums y cargos. Creemos justo nuestro reclamo, y reafirmamos la honestidad de nuestra postura, porque Gustavo Paz representa lo que no queremos ser en el futuro: mercenarios del pensamiento.
 Al menos cuatro discusiones diferentes, pero relacionadas, se entrelazan en este debate. La primera de ellas es de orden ético: ¿puede un científico social trabajar a sueldo para una empresa? "Si empezamos a cuestionar a todos los que trabajamos para empresas, no queda nadie", afirmó una investigadora jujeña. Tiene razón. En este caso, no es el hecho de trabajar para una empresa lo que repudiamos, sino el hecho de tergiversar la verdad, de intentar maquillar la realidad. El profesor de fotografía, Guillermo “Mito” González Tramontini, trabajó en la fotografía del mismo libro. Lo repudiaríamos, por ejemplo, si hubiera captado una imagen de un capataz de Ledesma azotando a un empleado, y hubiera decidió no publicarla, o aplicarle fotoshop, borrando el látigo. Gustavo Paz le aplicó fotoshop a la sangrienta historia de Ledesma. Ya sea trabajando para una empresa, una ONG o el estado, los científicos sociales no podemos eludir, bajo ningún pretexto, las responsabilidad social de lo que producimos.
Otro eje de discusión se desarrolla alrededor de la polémica sobre el sentido del trabajo científico en sí mismo, desde su dimensión existencial, diría Sartre, hasta las discusiones epistemológicas más profundas. "Este es un debate de epistemología de la historia, y si tenemos en cuenta que la Facultad se dispone a incorporar esta carrera entre sus ofertas académicas, este es un debate es de carácter fundacional: cómo investigamos, basándonos en qué fuentes, con qué metodología. Es muy buena la iniciativa de los estudiantes", afirmó el Consejero Docente Juan Pablo Ferreiro. ¿Para qué investigamos? ¿Para qué queremos saber? ¿Consideramos la producción intelectual como el producto de un genio, un iluminado, un ser individual, pensador aislado del pueblo; o entendemos al científico como producto de un contexto, como expresión objetiva de la lucha de clases en un tiempo y espacio concreto? "Son marxistas, ustedes se quedaron en el tiempo", dijo alguien. La expresión es casi correcta, pero es necesario reformularla: no nos quedamos en el tiempo, sino que el tiempo se queda en nosotros. La historia... ¿es una ciencia del pasado o del presente? Las acciones de los hombres dejan huellas en un pueblo, sientan las bases de lo que somos, y es esa memoria la que nos permite construir el ahora y transformar lo que somos. La falsa historia es causa de la falsa política. Es la lucha de los pueblos el motor de nuestra historia, y las acciones como las de Gustavo Paz ocultan, encubren, tergiversan uno de sus capítulos más sangrientos.
 También podemos abordar el tema desde una perspectiva ideológica: "el cuestionamiento fundamental está en la metodología, en los mecanismos de violencia, que resultan antidemocráticos, como los que se utilizan en las dictaduras. Ustedes se convierten en lo mismo que cuestionan", afirmó una de las historiadoras de la Unidad de Investigación de nuestra Facultad. Creemos que es profundamente democrático hacer valer nuestro derecho a expresarnos en el Consejo Académico, y utilizar los mecanismos institucionales existentes para canalizar nuestros reclamos y peticiones, como ser, en este caso, la declaración de persona no grata a quién, como científico social, repudiamos. Cuestionar a estudiantes con argumentaciones como "ustedes ni siquiera leyeron toda la obra de Gustavo Paz", o preguntas capciosas como ser "¿de dónde sacaron ese libro? ¿Quién está detrás de todo esto? Porque esto es algo político.. ¿no? ¿Saben ustedes lo que es el PTP, lo conocen?" son preguntas cargadas de violencia simbólica, basadas en relaciones de asimetría que sedimentas prácticas pedagógicas segregadoras y autoritarias, puesto que se fundamentan en el supuesto implícito de que los estudiantes, por nuestra condición de tales, no podemos cuestionar, ni tener iniciativas de este tipo por nuestra propia voluntad, sino que somos "títeres" de otros grupos docentes, como lo dieron entender ante el Consejo Académico. Discriminar y juzgar a los seres humanos por su filiación política y/o ideología si es una práctica propia de regímenes antidemocráticos y fascistas. Desde la definición Aristotélica, la democracia es entendida como el gobierno del pueblo, por lo que afirmamos que no existe acción más democrática que defender los intereses del pueblo cuando estos se vean afectados, como es el caso de lo actuado por Gustavo paz, hecho resulta encubridor de crímenes de Lesa Humanidad, que se entienden, justamente, como crímenes contra todo un pueblo.  Defender al pueblo jujeño de sus genocidas, como Carlos Pedro Blaquier y quienes lo encubren o justifican, es ser verdaderamente democrático. Confundir libertad de expresión con relativismo, o con una política discursiva de "vale todo" no es democracia, sino un síntoma de lo imbuida que se encuentran las ciencias sociales por la filosofía posmodernista. la libertad de expresión no es la facultad de poder decir cualquier cosa, no equivale a una anarquía discursiva, puesto que no exime a las personas de la responsabilidad social de sus dichos, incluidos los científicos.
 Algunos cuestionaban que nuestra iniciativa como estudiantes, ocultaba fines políticos. Se equivocan también: nuestra acción no esconde fines políticos, porque es explícitamente política, puesto que "no hay práctica educativa que no sea política"*, como afirma Paulo Freire.  Cabe recordar que el  Aula Magna de nuestra Facultad lleva su nombre, en honor a la valiosa producción de ese pedagogo popular nacido en Brasil. Irónicamente, era el aula que estaba destinada a la disertación de Gustavo Paz. 
Hace poco más de un año, la empresa LEDESMA se vio envuelta en otro hecho sangriento, que costó la vida de cuatro personas en un desalojo: “no entiendo que hacía la gente de la empresa en el lugar”, afirmó el entonces Gobernador de la Provincia en conferencia de prensa. Este año, el pueblo jujeño logró la citación a declarar de Carlos Pedro Blaquier, por primera vez en 36 años. Las íntimas relaciones entre los distintos Gobiernos y esta empresa genocida son de público conocimiento, y es en este contexto que, para el festejo de los 200 años del Éxodo Jujeño, el Gobierno organiza la visita de este escriba del poder a nuestra Facultad, la misma Facultad que prestó y presta sus aulas para las reuniones de los Organismos de Derechos Humanos y Organizaciones Sociales para coordinar actividades.  Creemos que nada de esto es casual, porque que la ciencia y la educación no puede practicarse al margen de las ideologías, ni las ideologías pueden ser entendidas desligadas de las relaciones de clase sobre las que se asientan. Ser científicos sociales o educadores implica asumir una postura política, aunque sea por omisión. Hay una línea muy fina que divide a quienes ponen toda su producción científica al servicio del pueblo, y quienes no. Nosotros sabemos claramente de qué lado queremos estar.
Estas son algunas de las discusiones que subyacen al pedido de nombramiento como persona no grata a Gustavo Paz, realizado el viernes 17. Son temas relacionados, que se condicionan recíprocamente uno al otro, pero es erróneo mezclarlos con el fin de embarrar la cancha y no hablar de lo que nos convoca. Sabemos que esto es sólo el inicio de un rico, largo y profundo debate, que nos enorgullece y festejamos que se realice en nuestras aulas y pasillos. Los discursos y relatos históricos pueden variar, pero la realidad existe independientemente de ellos.
El debate público se realizará el día 11 de septiembre, a puertas abiertas en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de Jujuy, ubicada en la calle Otero Nº 262. Para garantizar que sea lo más democrático posible, ojalá nos encontremos en un aula grande, muy grande, con la presencia de diversos sectores de nuestra sociedad: estudiantes, el Dr. Gustavo Paz, docentes, investigadores, trabajadores, desocupados, Organismos de Derechos Humanos y demás interesados... ¡QUE LA UNIVERSIDAD SE PINTE DE PUEBLO!

Juan Pablo Alba
Consejero Estudiantil
Corriente Estudiantil Popular Antiimperialista (CEPA)

*Freire, Paulo. "El Grito Manso", Ed. Siglo XXI, Bs. As, 2003, pág. 51

Aclaraciones del Consejero Académico Juan Pablo Ferreiro:

Hola tocayo. Quisiera hacer algunos comentarios sobre la posición que argumentaste y defendiste en consejo académico, que comparto en buena medida. Sin embargo, citás algún dicho mío que, tal como aparece, da una impresión muy distinta a la que transmití en la reunión de comisiones a la que asistieron los miembros de la unidad de investiga
ción y a la que referís. Cuando se afirma que "Es muy buena la iniciativa de los estudiantes" NO debe entenderse que avalo o acuerdo con la iniciativa de declarar persona no grata a Gustavo Paz. Como lo expuse en ese momento, como lo mantengo ahora, y como argumentaré en Consejo Académico, NO comparto esa medida porque el problema es de carácter político y no individual. Propuse y lo seguiré haciendo, repudiar el texto y su contenido. Lo que sí me pareció una buena iniciativa es que hayan sido los estudiantes quienes tiraron este tema sobre la mesa, que nos da pie para un debate y una situación de aprendizaje sobre nuestras disciplinas sociales, nuestros quehaceres y nuestras posiciones en el momento que nos toca vivir.
Con el respeto de siempre, te dejo un cordial saludo.
Juan Pablo Ferreiro

respuesta:

Pido disculpas si se da a entender una posicion distinta a la que sostuviste en consejo, que aclaro, es exactamente como vos lo decis, y asi lo relate a quienes me preguntaron. Mil disculpas, abrazo!

lunes, 20 de agosto de 2012

UN "SICARIO INTELECTUAL" DE BLAQUIER EN HUMANIDADES

El Pueblo y los intelectuales a 200 años del Éxodo Jujeño 

"no vender el pensamiento y la pluma
es lo menos que se puede exiguir"
Alfredo Leuco (periodismo social)

Hoy, a 200 años del Éxodo Jujeño, la "retirada" que resultó ser clave para la historia de nuestra independencia, será homenajeada con un encuentro de historiadores, a realizarse en el Aula
Magna de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Jujuy.
La memoria del hecho evoca a próceres de la talla de Moreno, San Martín, Castelli, Belgrano, que, entre otros, fueron intelectuales que depositaron sobre sus hombros el destino de todo un pueblo: la Revolución. 
Pero, entre los oradores invitados para la ocasión, se encuentra el Doctor Gustavo Paz, investigador del CONICET y docente de la Universidad de Buenos Aires, quién figura, en los créditos del libro
 “LEDESMA, Una Empresa Argentina Centenaria (1908-2008)” como encargado de la redacción del capítulo 1. En dicho capítulo, Gustavo Paz, en la página 109, en referencia a diversos “hitos importantes” de la historia de la empresa, afirma que “todos estos cambios se dieron con el telón de fondo de los violentos conflictos sociales y políticos de la década de 1970, que en la zona tuvieron su punto álgido en la denominada ‘noche del apagón’ de julio de 1976. Las infundadas y contradictorias versiones sobre el supuesto apoyo de la empresa a los operativos de las fuerzas de seguridad –que dejaron un saldo de 30 desaparecidos- son un triste recordatorio de aquellos años de violencia, y reafirman la convicción sobre la importancia de instituciones democráticas fuertes para mediar los conflictos económicos, políticos y sociales”. 
Afirmar la existencia de “versiones infundadas” es emitir un juicio que ofende la momoria de los detenidos y desaparecido, y resulta ser una burla para la sincansable lucha, de más de 36 años, que llevan adelante las Organizaciones Sociales y los Organismos de Derechos Humanos de nuestra provincia en pos de la Verdad, la Memoria y la Justicia, más si consideramos que en estos días se están llevando a cabo en Jujuy los juicios correspondientes a crímenes de Lesa Humanidad, que implican la indagatoria del propio Dr. Carlos Pedro Blaquier, presidente del directorio de la empresa Ledesma SAAI. 
la producción científica de Gustavo Paz es, cuando menos, científicamente cuestionable, debido a que su relato resulta encubridor de crímenes de Lesa Humanidad, favoreciendo infundadamente los intereses económicos, políticos y judiciales de la Empresa Ledesma SAAI y CARLOS PEDRO BLAQUIER, el mayor terrateniente de nuestra provincia cuyo accionar durante esa época se encuentra actualmente en juicio, al igual que se encuentra cuestionada su responsabilidad en los cuatro asesinatos en la lucha por la tierra del pueblo de Libertador el año pasado.

 Lejos de ser un "triste recordatorio de aquellos años de violencia", la Noche del Apagón representa una herida abierta que la memoria del pueblo jujeño no ha dejado de sangrar, una grito de justica que, culquier patriota honesto y comprometido con su pueblo, no puede ignorar.
No son sólo 200 años los que los separan. La práctica profesional de Gustavo Paz se ubica en las antípodas de las acciones por la que dieron la vida nuestros héroes de Mayo, y es deber del pueblo jujeño denunciarla y repudiarla.
Es por eso que, como estudiantes de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, en defensa de nuestra dignidad como futuros profesionales hijos de esta tierra, presentamos ante el Consejo Académico de la Facultad una nota pidiendo que se declarase a Gustavo paz como "persona no grata" en esta casa de estudios, puesto que representa aquello que en el futuro no queremos ser: sicarios de la pluma y las ideas.
A 200 años del Éxodo Jujeño, el sacrificio de aquellos hombres y mujeres en pos de la libertad encuentra su homenaje en otra batalla, con otras formas y discursos, pero con el mismo sentido: defender incondicionalmente a un pueblo que lucha por destruir las cadenas que lo atan a la explotación y la dependencia.

Juan Pablo Alba
Consejero Estudiantil (CEPA)
FHyCS-UNJu


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