La intolerancia "K"

Otra vez el gobierno se equivocó. Otra vez el gobierno demostró que no entiende ni escucha los reclamos del pueblo. De ese pueblo que hoy se manifestó de forma espontánea, sin llamados, sin convocatorias, tal como lo hizo Néstor Kirchner, a cambio de un choripán, una gaseosa y unos pesos.
Hoy se pudo ver la debilidad de la presidenta y del grupo de Puerto Madero para gobernar. Hoy se enfrentaron los argentinos.
Tras noventa y cinco días de paro del campo, ahora sumado el sector del transporte, Cristina envió a la gendarmería para sacarlos de la ruta y eso enardeció más aún al pueblo que se concentró y quebró la fuerza militar.
Y otra vez la actitud soberbia de la presidenta, salió a relucir. No habló, envió a los títeres de turno. A los Fernandez que solo dieron excusas sobre lo ocurrido y ratificaron, antes que se venga la noche, la "apertura al diálogo", el mismo que ellos cortaron cuando por cadena nacional se daban vuelta los reclamos y se dejaba a los productores como los malos de la película.
Claro, hay que hacer hospitales, escuelas y no sé qué otra cosa con el dinero de ellos, pero por favor, no toquen lo que se gasta en viajes innecesarios, en carteras costosas y en modelos para vestir.
No se toca los millones que se llevan afuera las multinacionales, no se toca el dinero en negro de los casinos y las máquinas tragamonedas.
Hoy el pueblo demostró que se cansó de los noventa y pico de días del paro agropecuario, de los matones del poder, de D´Elía y su odio a la oligarquía, cuando recibe más de tres millones de pesos al año, de Moyano, de la valija de Antonini Wilson, de la bolsa de Miceli, del cinismo de los Fernandez, del tren bala de millones de pesos y del hambre de millones de argentinos.
El pueblo se cansó de los 8000 dólares de propina de la presidente, de la 4x4 de Varizat atropellando gente, de la censura a los medios y de los actos pagados para mantenerse en el poder, de los números mentirosos del Indec y del Mini Cooper de la hija de los Kirchner.
Hoy el pueblo les hizo recordar el juramento cuando asumieron "...que Dios y la Patria te lo demanden...". Hoy la Patria les reclamó y les dolió, porque no se imaginaron caer tan bajo, porque no se imaginaron que les iban a torcer el brazo, porque no se imaginaron que el pueblo puede pensar y actuar.
Es hora que el gobierno se baje del caballo de la soberbia y camine las calles, recorra el pueblo, sepa cuáles son las necesidades y conozca a su gente, no solo desde una tribuna política llena de chupamedias o invitados pagos, sino al que sufre, al que no tiene trabajo, al que no le alcanza el sueldo hasta fin de mes, al que vive en la miseria.
Es hora que la presidenta deje de usar ropas, calzados y carteras caras y sienta el olor de los "cabecitas negras", de los "descamisados" si quiere parecerse a Evita, porque hasta ahora está muy lejos de ella.
Durant, decía "Una gran civilización no se conquista desde fuera, hasta que no se destruya desde adentro". Estos enfrentamientos nos llevan a la destrucción. Es hora de sumar y no de restar.
Mientras leo en el Martín Fierro "Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera..." me queda en la boca un sabor amargo...