jueves, 13 de septiembre de 2012

EL PODER Y LOS INTELECTUALES III

CONDENA ACADÉMICA A BLAQUIER
Retrato literario de un debate histórico 
 
La ciencia y la técnica pueden utilizarse 
para domesticar a los pueblos
o ponerlas a su servicio para liberarlos"
Ernesto "Che" Guevara

Materiales del Retrato:  
Un libro de Ledesma que encubre su historia. Un historiador de dudosas prácticas científicas. Una resistida presentación a Consejo de un grupo de estudiantes. Un genocida. Un Juicio. Un debate público. Un Fiscal. Una ajustada votación. Una resolución histórica de cinco puntos. Una Facultad pública que aporta pruebas científicas a un juicio por crímenes contra el pueblo. 
Contexto del Retrato:  
Jujuy, 2012. Luego de 36 años, inician los juicos por crímenes de Lesa Humanidad, donde está implicado el presidente de la Empresa Ledesma, Carlos Pedro Blaquier, latifundista con un largo historial de sangre goteando de sus riquezas, autor de la Noche del Apagón y la Masacre de Ledesma, durante una toma de tierras en 2011. Muchos cadáveres, pocas respuestas.
Puntum de la Imagen: 
Consejo Académico de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacionla de Jujuy. 17:00 hs. Un debate público que hará historia.
Trazos Generales de la Obra: 
La Sesión Abierta del Consejo Académico de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Jujuy, realizada el martes 11 de Septiembre, pasará a la historia como el martes más amargo para el zar del azúcar, Carlos Pedro Blaquier y sus apologetas, que se haya vivido en la historia de nuestra institución.
El debate público en la Facultad se realizó gracias a la presentación de un grupo de estudiantes, realizada por la Corriente Estudiantil Popular Antiimperialista (CEPA),  la Juventud del PTS, Proyección Universitaria y la Unión de Juventudes por el Socialismo, junto a estudiantes no agrupados de la facultad, que repudiaba la presencia en nuestra institución del Dr. Gustavo Paz y pedía su nombramiento como "persona no grata", debido a su responsabilidad en la redacción del libro "Ledesma, una empresa centenaria", documento histórico donde en sus páginas se afirma que las acusaciones por los crímenes de Lesa Humanidad cometidos durante la "Noche del Apagón" son "infundadas y contradictorias".
Durante aproximadamente cuatro horas de intenso y democrático debate, al cual, a pesar de estar especialmente invitado para la ocasión, Gustavo Paz no asistió (envió un documento escrito realizando su descargo), el Consejo Académico aprobó una resolución (con 9 votos a favor y 8 en contra) que expresa "repudiar en todos sus términos, el contenido del párrafo en cuestión, por considerar que no se corresponde con los hechos de la realidad, por cuanto existen testimonios orales y fuentes documentales aportadas, durante 36 años de lucha, por familiares de detenidos-desaparecidos y organizaciones de Derechos Humanos que demuestran la complicidad de la empresa Ledesma en el diseño y ejecución de delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar (...), hechos a partir de los cuales se ha solicitado la de detención del presidente de Ledesma, Carlos Pedro Blaquier y fueron detenidos los policías José Américo Lescano, Pedro Ríos, Virgilio Choffi y Carlos Cachambe". 
 Así mismo, el documento aprobado por apenas un voto de diferencia, afirma que la decisión de este Consejo Académico es la de "rechazar la práctica de falsa legitimación académica que se evidencia en el libro 'Ledesma, una empresa centenaria', por cuanto se hace uso de las investigaciones científicas contratadas para exhibir, desde un lugar -en apariencia objetivo-, visiones que no se corresponden con la complejidad de los hechos que se vivieron en Jujuy, durante el proceso militar; particularmente, sus derivaciones sociales, políticas y económicas.  Una auténtica mirada crítica, de construcción académica, requiere de enfoques teóricos y metodológicos multidisciplinarios y transversales, que este libro no evidencia. Por el contrario, da cuenta de una mirada sesgada y parcial, que atenta contra la producción de conocimiento con sentido social". 
También el dictamen apela a "sugerir a la comunidad académica de la Universidad Nacional de Jujuy, estar atentos a este tipo de prácticas, evitando que la producción científica, reconocida y responsable que se lleva a delante con mucho esfuerzo en nuestra casa de altos estudios, sea utilizada para fines inapropiados. Como alumnos, docentes, investigadores y no docentes de una Universidad Pública, reafirmemos la importancia del compromiso social en todas las prácticas científicas y expresamos que la defensa de los derechos humanos está por encima de cualquier interés personal o de la coyuntura".
En su cuarto punto, la declaración del Consejo Académico reafirma la consigna "MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA, cuyo significado en nuestro ámbito específico de producción de conocimiento científico y formación de profesionales implica la crítica y autocrítica de nuestras prácticas y teorías, cuya ausencia redundaría en el estancamiento de la ciencia y la elusión del compromiso social."
Al finalizar, se encomienda al decanato la organización de una Jornada sobre los límites éticos en las prácticas profesionales en Ciencias Sociales y Humanidades, centradas en el eje de los derechos humanos, la diversidad y las políticas ambientales", que esperamos, se realicen en Noviembre próximo y sean organizadas con la participación de todos los claustros.
 Estos cinco puntos, profundamente valiosos para el enriquecimiento de nuestra facultad y su compromiso social, fueron productos de una lucha de ideas en el seno de nuestra casa de estudios, llevada a cabo en el lugar más adecuado para ello: su Consejo Académico. Debido a su extensión y complejidad, en el presente escrito sólo se darán cuenta de algunas pinceladas de las principales argumentaciones. (El debate casi completo fue grabado y transmitido en vivo por internet por estudiantes de la CEPA)
 El debate se inició con la lectura del descargo realizado por Gustavo Paz, donde, entre otras palabras, reconoce haber sido "ingenuo" al aceptar trabajar para Ledesma SAII, constituyendo un error porque luego fue "malversada" su investigación inicial. Paz afirma haberse percatado de lo publicado por la empresa, pero asesorándose legalmente para la ocasión, en la página 243 quedaba claro que no era responsable de la autoría final, siendo las acusaciones de "sicario intelectual" realizadas en su contra producto de un "análisis parcial" de los estudiantes. A nosotros nos resulta parcial el supuesto análisis de Paz y sus abogados, puesto que en la página siguiente, la 244 (a la cual, extrañamente, Paz no hace referencia en ningún momento), se asegura que no se alteraron argumentos ni conclusiones presentes en los textos originarios (en los que Paz si reconoce haber trabajado). Esta, entre otras contradicciones antagónicas en el descargo de Paz, fueron las causas de que los estudiantes reafirmemos la justeza de nuestro pedido de nombramiento de "persona no grata" a Gustavo Paz.
Seguidamente, la Unidad de Investigación en Historia Regional leyó en escrito preparado para la ocasión y también se expresó oralmente ante el Consejo, dejando en claro la importancia académica del panel (finalmente suspendido por la propia unidad de historia) en el cual estaba invitado a participar Paz, remarcando que dicha actividad había sido programada con el aval de todos los Consejeros Académicos (donde está incluido el voto de la CEPA).Obviamente, como la democracia en la discusión de ideas y la promoción de la diversidad en el debate político y teórico es uno de los pilares de nuestra práctica, dimos nuestro sincero aval a la actividad programada por la Unidad de Historia con motivo del Bicentenario de Éxodo Jujeño (en dicha mesa estaría como invitado Gustavo Paz). Posteriormente, y al percatarnos de su participación en libro de Ledesma, dimos cuenta de nuestro error y actuamos en consecuencia a la brevedad. (Contrariamente a la actitud de Paz al saberse "tergiversado" por la empresa desde el año 2008 y rompiendo involuntariamente el silencio recién 11 de septiembre del 2012)..
Inmediatamente hicimos público nuestro repudio, y actuamos de acuerdo a ello, enmendando así nuestro involuntario y desconocido error, representando las acciones realizadas hasta la fecha en el Consejo, junto a esta nota, una autocrítica pública de carácter práctico. Efectivamente, como se dijo en forma clara durante el debate del Consejo, todos podemos cometer errores, y es por ello que la crítica y la autocrítica son prácticas esenciales para el desarrollo del conocimiento humano y de su historia. A contramano de algunos discursos que, con la finalidad de encubrir el tema central de discusión o producto de una simpleza en el análisis de la realidad, iguala prácticas y procesos históricos antagónicos, nosotros consideramos que no todo es lo mismo,  puesto que  resulta muy distinto equivocarse involuntariamente y reconocerlo públicamente actuando en consecuencia,  a cometer un error, cobrar por dicha actividad, percatarse del error y guardar silencio. Ese tipo de prácticas científicas son las que repudiamos y repudiaremos.
 Las voces en las cuales se materializaron las ideas esenciales del debate público, estuvieron en los discursos realizados por la profesora Gabriela Karasic y Federico Kindgard."No todos trabajamos para empresas, yo no trabajé ni trabajaría para Ledesma, porque todos conocemos la historia de esa empresa", aseguró Karasic, poniendo eje en lo innombrable, en El Familiar de este cuadro: la empresa Ledesma. Por el otro lado, discursos en defensa de Paz, que poco hablaban de la empresa genocida (Kindgard hizo la referencia necesaria, pero en el resto de las intervenciones contrarias a las propuesta estudiantil, las referencias fueron escazas o directamente ausentes): "yo apoyo lo que se dice sobre la empresa Ledesma, pero lo conozco a Paz, el no escribió eso, es desmedido el ataque que ser realiza contra él, cualquiera que conoce mínimamente como se realiza la producción científica, sabe que no es un producto individual, está claro que no es él el autor".  Nosotros dejemos en claro ante el Consejo y los presentes, que nadie que conozca mínimamente el proceso de producción científica puede considerar que se trata de un campo autónomo, aislado de los intereses políticos en los cuales se encuentra inmerso, y que condicionaban el carácter de la charla histórica en la que participaría Paz: La Secretaria de Cultura y Turismo de la Provincia, a cargo de Jorge Noceti,  era uno de los sellos que figuraban entre los organizadores. Si recordamos que Noceti es parte del bufet de abogados encargados de la defensa de Ledesma SAII, no suena ser "tan inocente" la presencia de Gustavo Paz en ese panel, sabiéndose su participación en el libro que utiliza Ledesma para limpiar su prontuario.
En otro tramo de la discusión, el profesor José María Galli aportó al debate: "yo no acuerdo con hablar de un compromiso social en abstracto, sino remarcar el compromiso social que tenemos con los millones de trabajadores que producen las riquezas de este país, quienes mantienen esta facultad, pagaron nuestra formación y pagan nuestros salarios, a pesar que la inmensa mayoría de ellos no pude acceder a estas aulas. Con ellos es nuestro compromiso".
 La consejera Eduarda Mirandez opinó que "no podemos vivir sin empresas, puesto que su crecimiento es necesario para el desarrollo de la sociedad, crecen las empresas y crece la riqueza del pueblo", agregando que a ella le preocupa que "se tuvo que suspender una actividad académica, realizada con mucho esfuerzo, que hizo que la universidad quede mal parada ante la sociedad".  
Los que creemos que el fundamento de las Ciencias Sociales es la lucha de clases, no podemos dejar de observar que efectivamente crece la riqueza de las empresas, pero a costa de la explotación, la miseria y el hambre de los trabajadores. Si la universidad quedó mal parada, es porque con acciones concretas, como este debate, está comenzando a levantarse, porque suele estar agachada ante los intereses económicos de empresas como Ledesma SAII. No podríamos hallar una práctica más saludable para nuestra sociedad que lo acontecido en Consejo Académico el martes 11.
 Recostada sobre el rincón de los discursos invizibilizadores del Genocida Blaquier, Mercedes de Fumagalli, vicerrectora de la Universidad, presentó un escrito ante el Consejo Académico que leyó en público (en el que ni siquiera nombra a Blaquier o Ledesma), como un débil intento de forzar contradicciones en nuestras anteriores publicaciones, esgrimiendo como su arma argumentativa principal, un concepto relativista de la verdad:”es la mía, y no la verdad universal e iluminada". Acordamos en que no existe una verdad "iluminada", como afirma Mercedes, pero... ¿estamos seguros cuando afirmamos que no existen verdades universales? ¿Esa misma afirmación no constituye acaso un juicio universal? Por ejemplo, como nos enseñó en las aulas de nuestra facultad la profesora Liliana Bergessio, "si yo te veo, no necesito más pruebas que el sólo encuentro para saber que alguna vez fuiste bebé". Ese principio, se aplica a todos, y no necesitamos fotos de cada ser humano que conocemos para asegurar que fueron niños, lo sabemos porque constituyen evidencias universales demostradas por la práctica social. Así mismo, un crimen de Lesa Humanidad, es un crimen cometido contra toda la humanidad en cualquier parte del mundo, por lo tanto, las denuncias, escraches, juicios y condenas a dictadores y genocidas constituyen también verdades universales. 
 Desde nuestra perspectiva, la verdad no es relativa ni absoluta, es dialéctica, y posee elementos en ambos polos de dicha contradicción. A través de la práctica social uno pude comprobar que aspectos se corresponden con la realidad y cuáles no, y es este continuo ajuste el motor del desarrollo del conocimiento humano general y de la ciencia en particular. Las verdades cuyos aspectos son mayormente acertados, constituyen verdades universales comprobadas en la práctica, como el hecho de saber que todos fuimos bebés.
El discurso de Fumagalli resulta ser, en la práctica, antagónicamente contradictorio: en su nota ante el Consejo afirma temer que se pierda el carácter de discusión democrática de nuestra facultad, utilizando dicho argumento como parte de su práctica reprobatoria hacia la acción de los estudiantes que desencadenó el debate más democrático, profundo e históricamente relevante de nuestra facultad. 
Nosotros creemos que las libertades políticas e ideológicas, y sus diferencias y debates que enriquecen a la sociedad, poseen un límite concreto: la sangre derramada del pueblo que sostiene nuestra Universidad y a quienes debemos nuestra formación y práctica profesional. Es por ello que los discursos de los genocidas, sus encubridores y apologetas merecen la más severa condena social posible. Repetimos: no todo es lo mismo.
Este tipo de argumentos, entre otros, acusatorios, persecutorios y condenatorios de nuestra práctica estudiantil, constituyeron argumentos que derivaban la discusión por senderos que se alejaban del tema en cuestión, y hacia el cuál prácticamente no hicieron referencia alguna: las responsabilidades de Ledesma en crímenes de Lesa Humanidad y la consecuente crítica a lo expresado en el libro. La sensación que deja la acción de muchos de los presentes en el Consejo, evidencia mayor preocupación por la posible mancha en la reputación del doctor Paz ocasionada por nuestra pedido, que por el efectivo lavado de las manchas de sangre de la historia de Ledesma que se efectúa a través del libro en cuya redacción participó Paz.
El debate y las acusaciones cruzadas, contra consejeros que argumentaron en contra de la práctica de Paz o el decano Slavutsky, también posibilitó que otros temas saltaran sobre la mesa: la discusión sobre la construcción del gasoducto, asesorías al gobierno, convenios con Ledesma y fondos de la minería que recibe nuestra universidad, entre otros. Proponemos hacer una lista con todos ellos, y discutirlos en profundidad y democráticamente, de forma pública, como lo hicimos en la jornada del 11 de septiembre. Esperamos que las próximas jornadas sean el marco que permita realizar esa tarea necesaria y urgente que constituye una deuda de nuestra Universidad con el pueblo jujeño.
El Trazo Principal:
 El color de la jornada cambió de matiz cuando hizo uso de la palabra el fiscal de la causa en la que está implicado Blaquier. Pablo Pelazzo afirmó: "para nosotros es muy importante este debate, porque el libro del centenario es parte de las pruebas que presentó la defensa de la Empresa para probar su inocencia". Este anuncio, que nos sorprendió a todos, permite visibilizar la profundidad de las consecuencias políticas y judiciales que acarrea la responsabilidad y el compromiso social de lo que investigamos y producimos en la Universidad, y de lo determinante que puede resultar una "revoltosa y violenta" acción de los estudiantes, que transitamos con paciencia, estudio y dignidad el tumultuoso puente que conduce de la condena a la acción, pasando de ser considerados "terroristas" a transformarnos en protagonistas de la historia.
Retoques Finales:
Pasando las 20:00 hs, en el Consejo Académico se votaron tres propuestas. La primera de ellas, versaba sobre la declaración de persona no grata a Gustavo Paz. No se aprobó, puesto que obtuvo sólo dos votos favorables: CEPA y el profesor Galli.
La segunda votación se dirimía entre dos opciones: aprobar en ese momento los cinco puntos, entre los que se repudia el contenido del libro y se responsabiliza a Blaquier por crímenes de Lesa Humanidad; o la propuesta de la consejera Clarisa Hernández, de discutir esos puntos la semana próxima en comisiones (cerradas al público) y votarlas en Sesión dentro de aproximadamente 15 días. Como la primera moción obtuvo 9 votos favorables, los 8 votos "no positivos" (a favor de continuar la discusión en comisiones) no pudieron evitar la alegría de muchos de los presentes: la facultad de humanidades acabada de aprobar una resolución con mucho olor a pueblo.  
 La tercera y última votación, se realizó a favor de dar pase de lo resuelto y del descargo de Gustavo Paz a la fiscalía de la causa, para ser utilizadas como pruebas en el juicio en el que está implicado Carlos Pedro Blaquier, y de ser necesario, que el propio Paz sea llamado a testificar en contra de la validez científica de ese libro. Los nueve votos de la primera ronda fueron acompañados por una lenta procesión de manos alzadas casi sin voluntad, ante la mirada de los presentes, luego de que la consejera Académica Graciela Wayar dijera "y sí, votemos, ya son documentos públicos". 
Desde una perspectiva dialéctica, (diametralmente opuesta a la concepción maquiavélica y simplista de “el fin justifica los medios”), que tiene en cuenta el contexto histórico y las características de la estructura social de la provincia, la justeza de nuestra acción se comprueba con los resultados obtenidos, gracias a que, a la hora de tomar decisiones, no dejamos que el sentido común nos impida hacer lo correcto (sentido común que al decir de Gramsci, es la moral de las clases dominantes cristalizada en la sociedad) .
Resulta lamentable el silencio de la mayoría de los Consejeros Académicos Estudiantiles, y aún más preocupante la acción de Innovación Universitaria, legitimando con su voto "no positivo" prácticas científicas y políticas que se desarrollan a contramano del respeto de los Derechos Humanos y la formación de profesionales al servicio de nuestro pueblo. 
Lo sucedido el Martes 11 de Septiembre en el Consejo Académico de Humanidades, constituye una experiencia que nos enseña que la historia no se escribe solamente editando libros, sino que la teoría científica debe ser una guía para nuestras acciones que nos permita transformar la realidad en pos de la construcción de un orden social más justo e igualitario. 
En oportunidades anteriores, nos preguntábamos si era posible escribir otra historia de Ledesma, que favoreciera al pueblo jujeño y no maquillara las responsabilidades económicas, políticas y judiciales de la empresa. Hoy podemos afirmar, con absoluta certeza, que la respuesta es afirmativa: trabajadores, investigadores y estudiantes de nuestra facultad, a través de la discusión democrática, honesta y crítica, siendo autores-actores de esta obra colectiva, marcamos un camino, que esperamos poder profundizar, para que toda nuestra acción se convierta en un grito de guerra contra el latifundio, la explotación y el imperialismo.
¡POR LA UNIVERSIDAD DEL PUEBLO LIBERADO!
 Firma:

Juan Pablo Alba
Consejero Académico Estudiantil
Corriente Estudiantil Popular Antiimperialista (CEPA)

Aclaración: Este escrito se redactó apelando a la memoria como fuente principal. Por favor, cualquier aclaración, dudas, comentarios y críticas sinceras, infórmense a la brevedad para realizar la correspondiente corrección y/o rectificación.

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