Kachetazo al campo

Cuando era chico, mi abuelo, tenía un campo en el interior de Córdoba y desde entonces comprendí lo dificultoso que era trabajar en él.
Junto con mis tíos, se levantaba a las 4 de la mañana para ordeñar las vacas, actividad que también realizaba por la tarde, (en esa época no había instalaciones automatizadas y cuando las hubo eran muy costosas), para poder vender la leche a la cooperativa que pasaba a buscarla.
Luego de una semana de arduo trabajo conseguía que les pagaran el producto a precios irrisorios, al igual que sucede en la actualidad con los productores tamberos.
Pero esa no era el único trabajo. Durante el día había que llevar las vacas a pastar, y luego buscarlas nuevamente, había que preparar la tierra para sembrar, para el pastaje u otros productos como maíz, trigo o avena y luego cruzar los dedos para que lloviese lo suficiente para lograr una buena cosecha.
Muchos fueron los años de sequía, lluvias incesantes, granizos y pestes que las malograron y el año se perdía inexorablemente, junto con las ganancias.
En síntesis mucho trabajo y pocos resultados y cuando los había, los productores mayores compraban las cosechas a precios bajísimos. Siempre supe que el intermediario se quedaba con gran parte de las ganancias.
Hoy el gobierno busca quitarle más autonomía al campo con las retenciones móviles y desde hace más de dos meses ha sumido al país en un conflicto que ha llevado a los aprovechadores de siempre a aumentar los productos con la excusa del “desabastecimiento”.
Ha enfrentado al pueblo con el pueblo, porque ni siquiera ha tenido el coraje para sacar a los productores de las rutas y ha enviado a los matones de turno como el chupamedias de D´Ellia, para enfrentarlos.
Es muy extraño. Argentina de pasar a ser el “granero del mundo”, está en los niveles de producción más bajos durante este gobierno.
Y lo más extraño es que Evo Morales, el presidente de un país más pobre, como lo es Bolivia, buscará incentivar la producción agrícola para transformar al país en el “granero de América Latina y garantizar la soberanía alimentaria interna” (datos de la Agencia Boliviana de Información).
Dos realidades distintas en dos países vecinos. Ya le compramos gas a Bolivia por haber vendido las reservas nacionales con las privatizaciones y seguramente, en años próximos, deberemos comprarle granos e insumos, por terminar con la producción interna.
El gobierno no está escuchando las voces que debería y sólo se guía por aquello que los idiotas obsecuentes le dicen.
Esta presidenta que quiere parecerse a Evita, está muy lejos de serlo y se transformó en una paupérrima actriz, con aires y delirio de poder.
Hay que bajarse de los helicópteros, de los aviones y recorrer el país para darse cuenta de las necesidades y del grito de la gente.
La humildad fue defenestrada de sus vocabularios y así como hubo un gobierno de "pizza y champán" y otro de “sushi”, éste, se está convirtiendo en el de “Pierre Cardín y Louis Vuitton”…y el pueblo…bien, gracias.