Ética y periodismo popular

El periodista y su compromiso ético:

Hacia una Deontología de la Libertad

“El fundamento de las Ciencias Sociales es la lucha de clases”

Mao Tsetung

Toda práctica profesional se sustenta sobre presupuestos que, implícita o explícitamente, condicionan y guían tanto la gestación como la producción de los bienes materiales, espirituales o simbólicos que competen a su especificidad. El primer compromiso ético de un profesional, es trabajar para hacer que dichos principios sean conscientes y de público conocimiento.

El periodismo, como actividad científica abocada a la investigación, estudio y producción crítica de un bien social específico, que llamamos información, constituye una necesidad humana esencial, puesto que la humanidad está compuesta en su totalidad por seres cognoscentes, de interpretación simbólica de la realidad que a través de dicho proceso determinan y ordenan sus vidas cotidianas. Bajo este supuesto antropológico, dicha necesidad se transforma en un derecho inalienable de los pueblos contemporáneos.

Iniciando el siglo XXI, los periodistas nos encontramos inmersos, inevitablemente, en una formación económico-social regida por las normas del capitalismo en su fase imperialista, contexto en que nuestra actividad se desenvuelve bajo la frenética lógica del libre mercado, convirtiendo la información en un bien de utilidad económica individual y social.

Argentina, como país dependiente donde predominan las relaciones capitalistas de producción y su desarrollo se encuentra históricamente condicionado por el latifundio terrateniente y el sometimiento imperialista, no es ajena a dicho contexto mundial.

Todo orden histórico, contradictorio en su base económica, irremediablemente refleja dichas contradicciones en su plano ideológico. Toda práctica humana está atravesada por la lucha de clases, es por ello que diversas teorías de amplio prestigio científico y profundo trasfondo filosófico, resultan funcionales a la perpetuación, ocultamiento y legitimación de la desigualdad social imperante a nivel mundial, nacional y provincial: el relativismo, subjetivismo, constructivismo, mecanicismo y post-marxismo, suelen ser las principales.

Pero, más tarde o más temprano, todo intento de enmascarar lo real pierde su antifaz ante el inapelable juicio de la realidad: he ahí el innegable potencial revolucionario de la verdad. Las injusticias y sufrimientos que padecen actualmente la humanidad y nuestro pueblo, nos arrastran a la necesidad de construir un nuevo periodismo, que se guíe por principios ideológicos que contribuyan a crear un orden social más justo. Bajo esos supuestos, éticamente irrenunciables para los espíritus científicos de nuestros tiempos que se encuentran motivados por la necesidad del alumbramiento emancipador de la verdad, la actual praxis periodística profesional debe proponerse:

1. El periodismo debe buscar la verdad de los hechos, con objetividad y compromiso social con la tarea.

2. El periodismo debe realizar su práctica profesional con absoluto criterio científico, tanto en la búsqueda, el tratamiento, como la producción de su praxis.

3. El periodismo debe priorizar, como práctica social, el respeto, difusión y vigilancia de los Derechos Humanos, comenzando con los más esenciales de ellos, que trazan los lineamientos fundamentales de la dignidad humana: el derecho universal a la Libertad, la Tierra, el Trabajo, la Salud, la Vivienda, la Educación, la Cultura, el Arte y la Justicia.

4. El periodismo debe promover la unidad de todos los sectores del pueblo, incluyendo las distintas nacionalidades y pueblos originarios que habitan el suelo argentino.

5. El periodismo debe contribuir a la construcción de la memoria colectiva de nuestra historia, fortaleciendo nuestros los lazos identitarios.

6. El periodismo debe contribuir a la socialización de verdaderos valores humanitarios, ecológicos, patrióticos y democráticos.

7. El periodismo debe favorecer la unión y solidaridad internacional con los demás pueblos oprimidos del mundo y sus circunstancias históricas.

8. El periodismo debe respetar las diferentes voces del pueblo, nutrirse de ellas para su práctica y subordinarla a la lógica que emana de sus intereses, manteniendo su independencia de clase, y bajo ningún concepto, subordinando su práctica por razones objetivas y/o subjetivas, a los intereses de los sectores sociales históricamente comprometidos con la opresión de nuestro pueblo.

9. El periodismo debe ser solidario con las luchas y conmemoraciones populares, así como también reconocer a los artistas, personajes, figuras y/o cualquier otro actor social que inspire su producción en los presentes valores.

10. El periodista debe ser consciente de su responsabilidad social y la complejidad de su emprendimiento, afrontando el desafío de poner su profesionalidad al servicio de los oprimidos, los desposeídos, los marginados, los olvidados, los hambrientos, los expulsados, los asesinados por el sistema imperante.

Bajo estos valores, históricamente condicionados, es posible fundar una deontología de la libertad, que sólo es posible construir a partir de la insaciable e inacabable búsqueda de la verdad a través de un proceso dialéctico entre la práctica profesional concreta y su crítica teórica. Una deontología de la libertad que surge como una propuesta-desafío para las plumas periodísticas contemporáneas.